No te mato porque te quiero. Mujeres víctimas de violencia en el país de la impunidad fue publicado en el año 2018 por la editorial Planeta. El libro se basa en la experiencia de Lorena Álvarez y las de otras mujeres víctimas de violencia. Lorena Álvarez es una escritora, analista política y se encuentra trabajando como presentadora de televisión en el canal de Latina. La motivación de la autora surgió así: “a fines del 2017, en una sesión de terapia, en voz bajita, dije: “¿Y si escribo un libro?”. Mi terapeuta me miró serio, dejó de apuntar y preguntó: “¿Un libro de qué?”. “sobre el sistema de justica desde mi experiencia; el vía crucis de denunciar”” (17). Nosotros tenemos como propósito informar a la sociedad sobre cómo el sistema judicial hace caso omiso a los casos de violencia contra la mujer.
Una de las ideas más importantes que Lorena Álvarez menciona es que el sistema de justicia es demasiado lento con las denuncias de las mujeres hacia sus agresores. En sus palabras: “El sistema de administración de justicia está hecho para que te canses, para que mandes todo al diablo, para que gane la persona que denunciaste y que, a esas alturas, tu agresor también te habrá denunciado” (23). Según la experiencia de la autora, el sistema de justicia tiene un procedimiento demasiado largo a la hora de denunciar, ya que en el Perú no contamos con la cantidad suficiente de jueces y fiscales que puedan abarcar estos casos, a su vez el sistema también permite que el agresor pueda denunciar a la víctima, ya que según ellos el agresor tiene derecho a opinar su verdad, a pesar de que la víctima muestre pruebas físicas y el daño psicológico causado.
Lo sustentado por la autora demuestra lo mal que se encuentra el sistema de justicia y como no hacen nada por acelerar el proceso de denuncia. Para obtener una sentencia definitiva en los procesos por delito de violencia sexual, se necesitan en promedio 4 años y 1 mes. La tramitación del proceso excede enormemente el plazo legal, en 43 y 42 meses respectivamente, pues conforme a las reglas del proceso penal ordinario (previsto en el Código de Procedimientos Penales), la tramitación de los procesos para los delitos comunes graves no debe exceder los 7 meses. (Gutiérrez, 2015, P. 36). Ellos no entienden por lo que pasa la víctima y el miedo que deben de sentir al realizar todo el proceso. Asimismo, los casos de violencia sin resolverse siguen en aumento. Ante ello, es necesario recordar cómo la violencia y el mal manejo de las instituciones son problemas que nos afectan a todos de manera directa o indirecta, afectando a los niños y jóvenes que, al ser testigos de estos maltratos, pueden llevar estas conductas a sus propias relaciones futuras. ¿Cómo podemos acelerar el proceso judicial en los casos de violencia contra la mujer para garantizar una respuesta efectiva y oportuna?
Otra idea importante que nos menciona la autora es que el maltrato psicológico no es considerado por la medicina legal como agresión. Esto debería cambiar, el sistema legal no toma en cuenta el daño emocional, el impacto en la autoestima o en las relaciones interpersonales al clasificar una lesión como leve o grave. Como dice la autora , a diferencia del maltrato físico, que es reconocida por la medicina legal, el maltrato psicológico no se tiene en cuenta de la misma manera, ya que el daño a la mente y habilidades de relación de una persona no significa nada para las autoridades. En el caso de heridas físicas, como consecuencia del delito violento, el daño psicológico adicional es mayor que si no hay lesiones físicas. Sin embargo, aquellos que sufren heridas graves suelen tener un mejor pronóstico psicológico que quienes presentan lesiones leves, ya que son reconocidos más fácilmente como víctimas y, por tanto, reciben un mayor apoyo social y familiar (Echeburúa, 2004, P. 230). Lo mencionado por Álvarez es de suma importancia, ya que nuevamente demuestra lo mal que está organizado el sistema de justicia. La salud mental debería ser considerada de suma importancia ya que además de ser un derecho fundamental, sustenta nuestras capacidades y define nuestro estado de ánimo. Posterior a esto, es necesario que las autoridades tomen en cuenta las denuncias causadas hacia la salud mental de la víctima ¿Cómo podemos lograr que el sistema legal reconozca el impacto devastador del maltrato psicológico, equiparándolo al daño físico y brindando a las víctimas la protección y el apoyo necesarios?
La siguiente idea importante que nos menciona Álvarez es que la eficacia de las denuncias o las órdenes judiciales para proporcionar protección real es cuestionable. En palabras de la autora "Un papelito no va a evitar que te maten, solo te sirve como constancia para echarle la culpa a alguien"(47). Esto destaca la poca utilidad de los documentos oficiales que brinda el juez cuando se trata de proteger a alguien en situaciones de peligro extremo, ya que a pesar de que los agresores tengan una orden de restricción esto no impide que se acerquen a sus víctimas. Por ejemplo, en abril del año 2018, Roxana Huanca fue asesinada por su esposo Fernando Flores, con quién llevaba 15 años de casada, hace muchos años la maltrataba y al final logró su cometido a pesar de tener dos órdenes de restricciones (Radio Onda Popular Perú, 2018). Se requiere un cambio en esta situación, el sistema legal no toma en cuenta la protección que las personas necesitan para sentirse seguras y para prevenir el daño. Mientras que los documentos legales pueden ser útiles para asignar responsabilidad o buscar justicia después de lo sucedido no proporcionan la protección adecuada en el momento de peligro. Por lo tanto, las autoridades deberían implementar medidas más prácticas y efectivas para garantizar la seguridad y protección de las personas en situaciones de riesgo inmediato. ¿Qué cambios legislativos son necesarios para garantizar que las órdenes de protección y otros documentos legales tengan un impacto real y tangible en la seguridad de las víctimas?
En resumen, No te mato porque te quiero es esencial para entender las injusticias que toma el poder judicial en el Perú, en sus páginas podremos encontrar el maltrato tanto físico como psicológico que sufrió la escritora como otras mujeres víctimas de violencia y comó sus casos fueron menospreciados. Destacamos tres ideas importantes: primero, la lentitud del sistema judicial con las denuncias de las victimas; segundo, la falta de reconocimiento hacia el maltrato psicológico, y tercero la incapacidad de las denuncias hacia la protección de las víctimas. Por todo esto motivamos a las personas de leer este libro, por la capacidad que tiene para generar reflexión, conciencia y acción en torno a un tema tan relevante como es la violencia de género, a su vez nos permite leer sobre injusticias y negligencias que hay en nuestro sistema judicial.
Referencias Bibliográficas:
Álvarez, L. (2018). No te mato porque te quiero, mujeres victimas de violencia en el país de la impunidad. Planeta Perú
Anónimo (2018). AREQUIPA: El taxista Fernando Flores asesino a su esposa en la vía pública. Radio Onda Popular Perú
Echeburúa E. (2004). Evaluación de daños psicológicos en las victimas de delitos violentos. Psicología clínica, legal y forense, Vol. 4 pp 277-244
https://masterforense.com/pdf/2004/2004art19.pdf
Gutiérrez W. (2015). La justicia en el Perú. Informe legislativo
https://www.gacetajuridica.com.pe/landing/juridica/descarga/INFORME_LEGISLATIVO_2015.pdf
Integrantes:
Hernández Turriate Marisel Mercedes
Mancco Ñaupas Alexander Bernabé
Rivera de la Cruz Jesús
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