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miércoles, 10 de julio de 2024

Reseña a Arturo Huaytalla, Cuando los cerros bajan. Estudios de la violencia delictual en dos barrios limeños: los cerros de San Cosme y El Pino

 El libro Cuando los cerros bajan: Estudios de la violencia delictual en dos barrios limeños: los cerros de San Cosme y El Pino fue publicado en 2017 por el Instituto de Defensa Legal. La obra se basa en la investigación realizada por el sociólogo Arturo Huaytalla, presentada en la Escuela de Sociología de la Universidad Mayor de San Marcos en 2016. Huaytalla es sociólogo y psicólogo, actualmente se encuentra trabajando como especialista en seguridad ciudadana y crimen urbano, desempeñándose como coordinador en el Observatorio de Política Criminal. La motivación de este libro fue “explicar los factores internos propios del barrio, que permiten que la violencia delictual se mantenga” (p. 19). Tenemos como propósito sensibilizar a la juventud peruana acerca de los riesgos de la delincuencia que enfrentan las comunidades, destacando zonas como el cerro San Cosme y El Pino.

Arturo Huaytalla examina las distintas facetas de la delincuencia y la inseguridad ciudadana, centrándose especialmente en los lazos sociales que existen entre los delincuentes y sus víctimas, así como en las iniciativas de desarrollo comunitario que se llevan a cabo en los barrios urbanos de los distritos. En sus propias palabras, Huaytalla señala cómo la inseguridad se ha extendido por todo el vecindario, citando a un residente que lamentaba que "estaban ‘robando a sus mismos vecinos’" (p. 183), lo que sugiere una falta generalizada de respeto y solidaridad en la comunidad. Sin embargo, Huaytalla destaca la divergencia en las respuestas a esta problemática. Mientras que en las zonas residenciales se opta por medidas como el cierre perimetral y la contratación de seguridad privada, junto con la instalación de sistemas de vigilancia, en lugares como El Pino la comunidad adopta un enfoque más colaborativo y proactivo. Aquí, los residentes realizan patrullajes regulares los sábados por la noche y adquieren alarmas para protegerse mutuamente. Este contraste subraya la variedad de estrategias empleadas para hacer frente a la inseguridad, mostrando cómo algunos optan por soluciones más individualistas, mientras que otros prefieren la acción colectiva dentro de la comunidad como un medio para abordar de manera más efectiva este desafío. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque la junta vecinal es importante, no sirve para todo. Así como Huaytalla (2019, p. 12) comentó “la organización es importante, pero no necesariamente reduce el crimen.” La comparación entre las respuestas individualistas y colectivas a la delincuencia pone de manifiesto la importancia del tejido social en la lucha contra la inseguridad.  Las comunidades que optan por colaborar y brindarse apoyo mutuo no sólo resguardan sus residencias, sino que también fortalecen los lazos entre sus miembros y promueven un sentimiento de pertenencia y corresponsabilidad. Este enfoque conjunto podría ser más sostenible en el largo plazo, al involucrar emocional y prácticamente a los residentes en su propio entorno. ¿Cómo pueden las comunidades equilibrar estrategias individuales y colectivas para abordar efectivamente la delincuencia y la inseguridad, asegurando tanto la protección de los hogares como el fortalecimiento del tejido social y la cohesión comunitaria? 

Entre las principales ideas que Arturo Huaytalla menciona se destaca la creciente preocupación por el aumento de la delincuencia, señalando como esto obstaculiza el progreso tanto de individuos como de comunidades afectadas. Huaytalla en su libro nos dice: “De hecho, en los últimos tiempos las estadísticas de la criminalidad o las encuestas que miden la percepción ciudadana dan cuenta, de un lado, de que se está produciendo un serio empeoramiento del problema, y de otro lado, que las autoridades tienen muy pocas ideas de cómo enfrentar este fenómeno” (p. 13). Por lo tanto, podemos interpretar que la delincuencia no es solo un fenómeno aislado, sino que se ha convertido en una fuerza destructiva que socava los cimientos de la sociedad. Huaytalla sugiere que las estadísticas y encuestas revelan un deterioro continuo de la seguridad pública, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad de las instituciones gubernamentales para abordar este desafío de manera eficaz. Como dice el autor, sobre la complejidad de la delincuencia y sus múltiples dimensiones. No se trata simplemente de un problema de aplicación de la ley, sino también de desigualdad socioeconómica, falta de oportunidades, y en algunos casos, corrupción institucional. La delincuencia está profundamente arraigada en factores sociales y económicos, creando un entorno propicio para su desarrollo. Las disparidades en ingresos, acceso a servicios básicos y oportunidades laborales son elementos que fomentan el crimen.Además, la corrupción dentro de las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia intensifica el problema al erosionar la confianza pública y favorecer la impunidad. Este escenario nos invita a reflexionar sobre la efectividad de las estrategias actuales para enfrentar las causas fundamentales de la inseguridad ciudadana y la delincuencia, y si se requieren métodos más innovadores y colaborativos para abordar estos desafíos de manera más efectiva .Como ejemplo de esta problemática citamos el siguiente caso ocurrido en el cerro San Cosme: “ La Victoria: mototaxista  fue asesinado a balazos por sicarios en el cerro san cosme”(Trome, 2024). Por ello, nos insta a asumir la responsabilidad colectiva en la lucha contra la delincuencia. No solo se trata de un desafío para las autoridades, sino también para la sociedad en su conjunto. Es necesario unir esfuerzos, desde la prevención hasta la rehabilitación, para construir comunidades más seguras y resilientes. Huaytalla nos recuerda que el combate contra la delincuencia es una tarea urgente y vital para el bienestar de todos, y que solo a través del compromiso y la acción concertada podremos enfrentar este desafío con éxito. ¿Podemos confiar en que las autoridades cuenten con las herramientas y la voluntad necesaria para abordar eficazmente el problema de la delincuencia, o es necesario un replanteamiento radical de las estrategias actuales?

Es decir, según el autor  Huaytalla, otro punto importante es garantizar la seguridad no depende exclusivamente de una organización formal; aunque su colaboración sea beneficiosa, no es la única opción (p. 42). Por ejemplo, la protección de vendedores ambulantes en las calles puede requerir una red más extensa, pero esto no siempre es necesario en el caso de galerías y mercados específicos. Tanto los mercados formales como los informales ofrecen oportunidades laborales para personas con poca cualificación, y en algunos casos, pueden encubrir actividades delictivas fuera de su horario laboral. Por lo tanto, estos vendedores son tanto proveedores como amenazas a la seguridad (Rodríguez L, 2018). Sin embargo, no todos los casos se ajustan a este patrón; hay otros que no tienen ninguna relación con actividades delictivas.
La noción de seguridad es esencial tanto para quienes vigilan como para quienes la necesitan. Es crucial para el grupo que se encarga de mantenerla, para los comerciantes e incluso para los clientes, quienes buscan protección debido al diseño mismo del espacio. Al final, la seguridad no solo implica protección, sino también la preservación del intercambio comercial. Esto plantea la pregunta: ¿cómo es posible que estos mercados funcionen sin la presencia del "monopolio legítimo de la fuerza" estatal? En la práctica, pequeños grupos dentro de la comunidad han logrado lo que el Estado no ha conseguido.

En conclusión, Cuando los cerros bajan es una obra con una contribución valiosa y necesaria para entender las dinámicas complejas de la delincuencia urbana en Lima, brindando perspectivas que van más allá de las estadísticas superficiales. Huaytalla ofrece un análisis profundo que destaca cómo la inseguridad está arraigada en factores socioeconómicos y de gobernanza, desafiando tanto a las autoridades como a la sociedad a adoptar enfoques más colaborativos y efectivos. Primero, Huaytalla examina las relaciones sociales entre delincuentes y víctimas, así como las respuestas comunitarias a través de estudios de caso específicos en San Cosme y El Pino. Segundo, cuestiona la efectividad de las estrategias gubernamentales tradicionales frente a la delincuencia, proponiendo un enfoque más integrado y participativo desde las propias comunidades afectadas. Tercero, destaca cómo la cohesión comunitaria y la colaboración local pueden ser fundamentales para mitigar la violencia, contrastando con soluciones más fragmentadas y menos inclusivas. Por todo lo mostrado, te invitamos a explorar, reflexionar y discutir las profundas perspectivas ofrecidas en este libro.



Referencias Bibliográficas:

Huaytalla Quispe, A. (2019, 29 mayo). Prevención comunitaria en Lima: los aportes de la Junta Vecinal. Revistas de Investigación UNMSM. https://revistasinvestigacion.unmsm.edu.pe/index.php/discursos/article/download/16320/14182/57548

Rodríguez, L. (2018). Cuando los cerros bajan. La Mula. https://herencia-charles-trask.lamula.pe/2018/05/28/cuando-los-cerros-bajan/luisrodriguez/

Trome, R. (2024, 11 abril). La Victoria: mototaxista fue asesinado a balazos por sicarios en cerro San Cosme. Trome.com. https://trome.com/actualidad/policiales/la-victoria-mototaxista-fue-asesinado-a-balazos-por-sicarios-en-cerro-san-cosme-video-historia-de-policiales-noticia/

Huaytalla, Arturo (2017). Cuando los cerros bajan. Estudio de la violencia delictual en dos barrios limeños: los cerros San Cosme y El Pino.



Integrantes:

Landeo Antezana, Kevin Querly.

Quiroz Aroni, Angelica Peregrina.

Valencia Segura, Ray Marco Miguel.


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